A 72 años de la tragedia que inmortalizó al Zorzal Criollo
Se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Carlos Gardel, figura de magnetismo único en el mundo. Esta noche en la plaza Urquiza se hará una milonga para homenajearlo.
El 24 de junio de 1935, en un ya legendario accidente de avión, Carlos Gardel, impulsor del tango-canción, empezó a transformarse en el mayor mito de la música popular argentina. Su legado logró trascender el tiempo por la suma de aportes que realizó para la construcción de una cultura popular argentina en el campo de la música y el cine.
La historia comenzó un 11 de diciembre de 1890, y aunque todavía se disputan su cuna Argentina, Uruguay y Francia, lo cierto es que su madre Bertha Gardes, una muchacha soltera de 25 años, en 1893 estaba afincada en Buenos Aires ocupando una vieja casa de la calle Uruguay 162.
En el ambiente popular del Abasto, Gardel comenzó a definirse como intérprete y aprendió canzonetas, estilos, zambas, chacareras, valses y cifras, mientras que las canciones románticas nutrieron su repertorio para las serenatas. Pero la definición de artista se le impone en plena adolescencia, cuando se desempeñaba como tramoyista en el teatro o participaba de las comparsas escénicas o simplemente era miembro de la “claqué” de Luis Gighione. Musicalmente se inició con un cuarteto junto a Razzano, Martino y Salinas y la primera grabación que realizó en sistema acústico se hizo en la Casa Tagini de Buenos Aires en enero de 1913, donde Carlos ejecutó la guitarra y cantó Sos mi Tirador Plateado y Yo sé qué hacer. Cuatro años después firmó contrato con el Sello Odeón, donde editó hasta el día de su muerte sus composiciones, entre las primeras de las cuales se encontraban Mi Noche Triste (que marca el surgimiento del tango-canción), Sentimiento Gaucho y Pobre mi Negra. Ya como el dúo Gardel-Razzano, en 1924 se presenta en vivo en el desaparecido estudio de Radio Splendid con temas que quedaron inmortalizados en el recuerdo popular, entre otros La Garconniere y Como Agoniza la Flor.
En los sucesivos años, Gardel grabó otras composiciones: El Bulín de la Calle Ayacucho, Leguisamo Solo, A Contramano, Bandoneón Arrabalero, Barrio Viejo y Malevaje. El último tango registrado por el intérprete fue Guitarra Mía en un estudio de Nueva York, el 25 de marzo de 1935, acompañado por el trío de guitarras integrado por Domingo Riverol, Guillermo Barbieri y José María Aguilar.(elsigloweb.com)
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Tango para los amigos