Los shows de tango mejoran su nivel y ya cuestan hasta $ 600



Tienen la mejor vista del escenario. Un solícito camarero les cumple todos sus deseos. Los gastronómicos, al menos. Aunque muchos sucumban ante el argentinísimo bife de chorizo, saben que tienen opciones más elaboradas si lo desean, como un salmón rosado del Pacífico o un roullade de cordero. Y para acompañarlos, pueden tomar todo el vino que se les ocurra. Generalmente, Rutini o Terrazas Reserva. Pero la exclusividad tiene su precio, que puede trepar hasta los $ 600. Esa es la cifra que llegan a pagar los turistas extranjeros para disfrutar una cena-show de tango en el sector VIP o Gold.

Los precios son internacionales: una cena show en el Lido de París sale entre 140 y 280 euros (de $ 679 a $ 1.358) y una en el Tropicana de La Habana, entre u$s 110 y u$s 150 ($ 336 a $ 460). En Buenos Aires, saborear el impactante show de Señor Tango (Vieytes 1655) desde los palcos vip cuesta u$s 200. El mismo show que, desde el salón principal, se ve por u$s 100. Y hay que tener en cuenta que esta casa, fundada en 1995 por el cantor Fernando Soler, recibe entre mil y 1.500 personas por noche, es decir más de 30.000 por mes.?Según una encuesta del Ente de Turismo del Ministerio de Cultura porteño, el 17% de los 2.300.000 extranjeros que llegaron a Buenos Aires en 2007 realizaron actividades vinculadas al tango. Y se estima que 391.000 turistas gastaron más de u$s 46 millones en cenas show y espectáculos del género.

"Un turista que paga u$s 400 dólares la noche en hoteles como el Alvear o el Hyatt, cuando llega el momento de elegir un show de tango pregunta cuál es el mejor, no cuál es el más barato. Y trabajamos con ese tipo de hoteles", explica Juan Fabbri, uno de los socios de Esquina Carlos Gardel (C. Gardel 3200), con tarifas de $ 300 a $ 600, y de Tango Porteño, el local que abrió en abril en Cerrito 570, con precios de $ 200 a $ 500. Con la misma lógica, Sergio Yanov, encargado de relaciones públicas de Madero Tango (R. de Dellepiane 150), plantea: "La gente que elige nuestros sitios Gold no consulta el precio, sino cuál es la mejor mesa". Una mesa al lado del escenario que se cotiza a u$s 200 para extranjeros o $ 350 para argentinos, que las solicitan bastante. "Sobre todo, artistas, políticos y empresarios", confía Yanov.

Los extranjeros, en cambio, compran por agencia los lugares más económicos pero muchas veces al llegar se tientan y piden un upgrade. Es que en el Gold, hay un camarero cada cuatro personas y canilla libre de vinos Rutini. "Igual, la mayoría siempre paga de $ 50 a $ 100 por tragos extras, como daiquiris o Jack Daniels, o $ 500 por una botella de champagne", dice Yanov. Al final, Valeria Lynch, Raúl Lavié y Laura Fidalgo, las estrellas del show Bien Argentino, les dan la mano. No conformes con eso, algunos clientes pasan a un salón privado donde pagan $ 100 más por ensayar unos pasos con los bailarines principales. En los últimos dos meses, además de Tango Porteño se sumó Tango Palace, en La Rural, donde la cena show sale de $ 150 a $ 350, si es en uno de los seis palcos VIP. Allí se puede optar por platos como brochette de langostinos o tournedo de lomo en salsa malbec. El vino es Terrazas Reserva.

"La nuestra es una propuesta cultural diseñada, sobre todo, para sorprender a los turistas del interior del país", define Rafael Rodríguez Roda, director de Relaciones Institucionales de La Rural. Claro que, aunque se calcula que en la Ciudad hay más de 170 casas de tango y milongas, muy pocas están en condiciones de prestar servicios VIP. "Desde el sector impulsamos un proyecto para que se las categorice con estrellas, como a los hoteles -cuenta Jorge Purciariello, director comercial de Bocatango (Brandsen 923), donde la cena show se paga u$s 80-. De primer nivel, hay unas catorce". Después de todo, la exclusividad nunca se llevó bien con la cantidad. Como bien lo saben los turistas que no preguntan por el precio, sino por lo mejor.

La patria, el arrabal y después. Un escena del arranque del show en Señor Tango (arriba), donde indios y gauchos a caballo representan parte de la historia local, que luego dará paso a la Buenos Aires tanguera. A la derecha, una de las ocho parejas del elenco, deleita a los espectadores al compás de la orquesta de Walter Ríos.

(Clarin)

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