Por jorge fernández "Jorfer"
San Fernando del Valle, capital de la provincia de Catamarca, tuvo en tiempos de la famosa década del 40, alrededor de diez agrupaciones musicales que interpretaban el tango, al modo de las tradicionales orquestas porteñas. Estas agrupaciones amenizaban reuniones familiares, bailes sociales, comunales y también los bailes que el carnaval disponía anualmente. Algunos de esos conjuntos han pasado al recuerdo luego de exitosas campañas, permaneciendo firmes en la evocación de quienes pudieron disfrutarlos. Uno de ellos (quizás el más famoso y aún fresco en las retinas) fue la Orquesta Típica de Alberto Francis, cuyo líder era el vocalista Alberto Francis. Este querido y recordado hombre de tango, se desempeñaba como profesor del Colegio Nacional. De cierta manera, teniendo en cuenta que existían enérgicos preconceptos para tolerar la doble función del magisterio y la actividad artística, la actitud del profesor-cantor Alberto Francis puede haber sido considerada como "revolucionaria".
Según dice Carlos Martínez (que fuera miembro de esa orquesta) el Instituto del Profesorado Secundario, consideraba una "bajeza" actuar en una orquesta bailable, ya que existían posibilidades de "ser considerada un fanfarrón" (sic) o algo parecido. Por lo tanto, ambas actividades no parecían ser compatibles. Sin embargo le cupo al profesor Francis (personaje muy popular y querido en Catamarca) la tarea de acabar con esa acartonada disposición, creída y aceptada por la mayoría. Francis cantaba y, como lo hacía muy bien, no precisó muchos esfuerzos para imponer su categoría, basada en dotes y condiciones naturales. Para ello, cantó con su agrupación en los principales escenarios de la noche catamarqueña.
Según ha trascendido, existían para ese ambiente, tríos, cuartetos, quintetos y orquestas consideradas "grandes", integradas por piano, contrabajo, 2 bandoneones, 2 violines y, en otros casos, 3 voces de violines, 3 de bandoneones, bajo, viola, piano y cantores.
La integración de la Orquesta Típica Alberto Francis (por referirnos a la de mayor predicamento zonal) incluía: como primer violín al maestro Prenol, en el bandoneón al maestro Randolfo Medina y en el piano, al maestro Valderrama; tres valiosos elementos del mejor nivel catamarqueño.
La Orquesta "Cóndor" también supo lucirse en la noche de Catamarca. En el piano y la dirección se encontraba nada menos que Polo Giménez, Celis en el contrabajo, Carlitos Rojas en el bandoneón, junto a Coco Briones y Molfino; en los violines estaban Castruchini, Barrionuevo y Prenol, y a veces, Pereyra.
De esta nómina que hemos mencionado, solamente dos de ellos permanecen vivos: la veterana imagen del bandoneonista Randolfo Medina y el pianista Tomás Valderrama, ambos con más de 80 años de edad.
Todas las agrupaciones orquestales tenían abundante trabajo, ya que los bailes semanales que realizaban las entidades culturales de los distintos barrios de la ciudad, explotaban el saludable auge de la música popular, que constituía la principal diversión de la población. Dos ejemplos famosos: el club "Villa Cubas" y el "Hindú Club". Otro de los principales lugares de baile era el Recreo "El Molino" en la Avda. Ocampo, donde era posible encontrar a los bailarines clasificados en dos categorías: en el piso superior se ubicaba la gente "chic" (la gente de "astrakán" o de "tapados de piel", como se acostumbraba a denominarlos) y en la pista del piso bajo, se ubicaba la gente común, la de mediana posición económica social, que en realidad, era la fuerza más concreta a favor del tango. La afluencia a los bailes de "El Molino" era masiva, de modo que no extrañaba encontrar en los bailes de fin de semana, muchedumbres que oscilaban entre 1.000 y 2.000 personas. Había, lógicamente, otros lugares para lucirse bailando. Uno de ellos, era "Obras Sanitarias" ubicado en la calle San Martín 333 y el Club Atlético "Sarmiento" en las calles Mate de Luna y Sarmiento, donde se ofrecían espectáculos de boxeo y luego, bailes; el recreo "Avenida", que funcionaba en las calles Belgrano y Mitre, lugar donde solían actuar las grandes orquestas que llegaban desde Buenos Aires; el Club de Pelota "Catamarca"; "La Querencia", que estaba en el barrio de "Los Ejidos"; "El Descamisado", que había sido regenciado por un tal Casado, de filiación peronista y en donde solía actuar la Orquesta Típica de Marcelo Vidal, y la Jazz de Juan Baez, con músicos de la banda del Regimiento local. Eran tiempos en que funcionaba también el "Richmond Bar" donde estaba por las noches la Orquesta de Castruchini y Prenol. En el barrio de "La Alameda", muy cerca uno del otro, estaban los salones de baile y diversión "Mogambo" y "Tropicana", a una cuadra de distancia uno del otro.
Don Pepe Bustos, periodista y tanguero amigo, de San Fernando del Valle, en una interesante nota publicada en el periódico "La Unión" encabezaba con "Amigos que yo quiero, escuchen este tango...", hace una mención del cantor de tangos Juan Carlos Martínez Allende, una figura muy popular entre los buenos cantores que sabe mostrar Catamarca en todas las oportunidades (se lo conocía por el mote de El Zorrito). Una foto lo muestra cantando ante los micrófonos de LW 7 Radio Catamarca.
Es oportuno recalcar que, según informaran Juan Carlos Sánchez y Juan Carlos Martínez Allende, casi todos los conjuntos oriundos de Catamarca y que cultivaron el tango, han contado con elementos, con cultura y condiciones musicales que le han permitido interpretar y leer arreglos musicales provistos por Toto Damario, Héctor Stamponi, Astor Piazzolla, Carlos Lazzari, Jorge Dragone, Luis Stazo, José Libertella, Roberto Pansera, José Spitalnik, Eduardo Rovira, Julián Plaza y otros más, a través de los envíos que las distintas editoriales efectuaban a todos los intérpretes de todo el país.
Según la experimentada opinión de quienes han recorrido la noche tanguera de Catamarca, bien puede ser considerado este orden para aquilatar méritos de los principales músicos catamarqueños.
En bandoneón: Carlitos Rojas (alumno del maestro Castañares)
Randolfo Medina (alumno de Ciriaco Ortiz (padre))
En violín: Juan Prenol (compañero de Elvino Vardaro en orquestas típicas de Buenos Aires)
En piano: Tomás Valderrama (maestro de piano y de música, canto y profesorado de coros)
Ricardo Gason
Washington Núñez
Horacio Gambini
"El Chato" Sosa Guzmán (gran marcador de bajos en tango y folclore).
En ocasión de llegar Julián Plaza a la ciudad de Catamarca, fue de visita a la propia casa del maestro Tomás Valderrama (a la sazón pianista de la orquesta típica Alberto Francis, que puede ser considerada la Orquesta Típica Símbolo del Tango Catamarqueño). La orquesta estaba ejecutando el tango "Chiqué" sobre un arreglo especialmente escrito por Julián Plaza, el pianista Tomás Valderrama tomó a su cargo un espectacular solo que promovió el clamoroso Aplauso de toda la concurrencia.Entre los milongueros más populares de la ciudad de Catamarca, son recordados los nombres de "El Pelado Garriga", Arturo Over "El Pata Ancha", Luis Scornabatti, Carlos Figueroa, Luis Chaya, "El Sapo Cativa", Marcos Berrondo, Dr. Ponferrada, Dr. Navarro, matrimonio Ruiz, entre muchos más. Eran tiempos de muy buena y respetable convivencia donde no se podía evitar el saludo "de vereda a vereda", como se estilaba. Esa misma época en que el "bis" premiaba al aplauso ferviente, hace recordar las brillantes variaciones que ejecutaba Carlos Rojas en su bandoneón, al ejecutar los tangos "Amurado", "Inspiración" o "Recuerdo", y las melodías y solos de Prenol con el volín de aquella orquesta típica "Alberto Francis". En las listas de vocalistas, merecen la mención Alberto Francis, Juan Carlos Martínez Allende, Carlos Zamora, Luis Cortes, Oscar Arrosas, Manuel Antonio Cativa, J. Salcedo y el "Turco Simes". Producido el lamentable fallecimiento del cantor Alberto Francis, se desintegra la gran orquesta que había dirigido. Tiempo más tarde, el cantor Juan Carlos Martínez Allende (que además es músico y ejecuta el violín) reagrupa al conjunto bajo el nombre de "Los Maestros del Tango" y se lanza a la conquista de nuevos lauros. En 1951, Aníbal Troilo visita Catamarca, presentándose en el Club de Pelota. Luego del baile y de la reunión en torno al tradicional asado, la guitarreada y el cantor, Juan Carlos Martínez Allende canta el tango "Toda mi vida" de Troilo y Contursi, con el acompañamiento del fuelle de "Pichuco" y el contrabajo de Celis. Fue una fiesta inolvidable para el tango y su gente.
En el antiguo galpón donde se cobijaban los tranvías del servicio de transporte de Catamarca (que luego fue un mercado) se realizaban también bailes que concitaban la presencia de mucho público. Esto era en la calle Rivadavia, frente a la plaza "25 de Agosto". Se los llamaba "Los bailes de la 25" y los regenteaba un ex boxeador llamado Cinesio Gómez.
Hay que nombrar al recreo "Avenida" en las calles Mitre y Belgrano, donde se presentó Osmar Maderna al frente de su gran orquesta.
Ya hemos hablado del Club de Pelotas "Catamarca", ubicado en la Avda. Presidente Castillo, frente al puente del Fariñango. En ese escenario se han presentado las grandes orquestas de tango procedentes de Buenos Aires, tales como Aníbal Troilo y José Basso.
También hemos nombrado al café y bar "Richmond", que ocupaba un lugar donde hoy coexisten tres confiterías. Antes, todo ese predio lo ocupaba un solo establecimiento, con un gran escenario interior donde solía presentarse la orquesta típica Alberto Francis, y en la vereda (frente a la plaza) se ubicaban mesas que ocupaban "gentes de mejor nivel social", que no entraban al salón de baile.
Otro lugar de encuentros deportivos propicio para la milonga, era el bar "Pinot" donde había un ring de boxeo y un salón de baile. Hoy, este predio está ocupado por el actual Teatro "Catamarca", en pleno centro de la ciudad.
¿Cómo olvidar al "Salón Azul" ubicado en Rivadavia y Chacabuco, en un subsuelo regenteado por el "Loco Flores" y que traía a las orquestas de Castrichini y la de Molfini?
La "Sociedad Italiana" que funcionaba en el piso superior del Cine "Ideal", solía presentar la orquesta dirigida por el violinista Prenol que hacía un estilo similar al de la orquesta de Enrique Rodríguez, incluyendo fox-trots y pasodobles. Del viejo "Mogambo" que funcionaba en la Alameda, existe una interesante anécdota que vale la pena recordar. Para una "milonga" organizada para un lunes, se contrató al famoso cantor porteño Roberto Quiroga. Se inició el baile y en una mesa, casi junto al escenario, se ubicó un personaje lugareño conocido como "El turco Jalil", que estaba acompañado por una dama bastante atractiva. Al cantar Roberto Quiroga el tango "Mano a Mano" y expresar la frase: "... los morlacos del otario, los tirás a la marchanta..." miró al "Turco Jalil" y a su compañera. Siguió cantando, pero al parroquiano no le cayó bien la frase del tango, y se lo demostró al cantor tirándole con un sifón por la cabeza, que por suerte, no llegó a dar en el blanco... En esos tiempos, los dueños de "Mogambo" eran Ermette Manditoria y "el Gordo Chupin".
También, el recreo "Tropicana" que abrió sus puertas el 20 de setiembre de 1958, según algunos memoriosos, con la típica "Los Maestro del Tango" y la jazz de Horacio Gandini.
Otro lugar de baile: "El Puerto" ubicado en las calles Rivadavia y República, siempre en el centro de San Fernando del Valle, era propiedad de un tal Mercado (que en alguna oportunidad se lo dio como Intendente), y en donde sabían actuar los muchachos de "Los Maestro del Tango", al igual que el salón bailable del conocido "Hotel Ancasti" que se inauguró con la música de esta popular orquesta, siempre dirigida por Juan Carlos Martínez Allende, en el año 1961.
Figura también el salón de baile de la "Sociedad Española", en la Avda. Ocampo y Urquiza y el club "Defensores del Norte", que presentaba las reuniones bailables para todo público; así como el salón del "Club Social", ubicado muy cerca de la Catedral. Se realizaban bailes los jueves, viernes, sábados y domingos de modo que las orquestas tenían abundante trabajo.
Se calcula, entre los nombrados y los olvidados, una cantidad de locales de baile que va de 20 a 25, en los cuales se hacía, invariablemente, tango acompañado por folclore, por jazz o característica tropical.
Toda esta información tiene origen natural y original en las reseñas históricas obtenidas de testimonios ofrecidos por Juan Carlos Sánchez ("Puyuyo") y de Juan Carlos Martínez Allende ("El Zorrito") así como de Randolfo de Jesús Medina, que muy gentilmente se han brindado en esta tarea tan importante como puede serlo la recopilación de datos que solamente una memoria privilegiada puede retener luego de tanto tiempo transcurrido. Por lo tanto, hago extensivo a ellos, el agradecido reconocimiento que todo lo descripto importa para la historia del tango en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, y en general, para el tango argentino, que a través de las enormes distancias que separan a sus centros capitales, sabe mantener y cultivar el fervor nacional y popular que merece nuestro música representativa.